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La epidemióloga María Victoria Zunzunegui (Bogotá, 1951) y el arquitecto José María Pérez, ‘Peridis’ (Cabezón de Liébana, 1941) han sido nombrados el pasado 27 de mayo, nuevos magíster senior de la Universidad Permanente (Unate). Una distinción que supone reconocer a las personas que sin importar su edad impulsan el saber, la razón, la experiencia y la ciencia.
Los reconocimientos han sido entregados en el Paraninfo de la Universidad de Cantabria en una ceremonia presidida por Concepción López Fernández, rectora de la Universidad de Cantabria (UC), y Modesto Chato de los Bueys, presidente de Unate. Sobre los laureados, la rectora de la UC resaltó que tanto Zunzunegui como Peridis son ejemplo de lo que representa un pensamiento crítico y ejemplo de personas incansables e inconformistas.
Zunzunegui ha pasado buena parte de su carrera estudiando en detalle cómo influyen los condicionantes sociales en la salud, analizando, por ejemplo, de qué manera la capacidad económica, las relaciones sociales, la calidad del sistema sanitario o el género, entre otros factores, pueden ser determinantes a la hora de desarrollar enfermedades o de padecer dependencia o discapacidad durante la vejez.
En la ceremonia se apeló de manera reiterada la necesidad de poner en valor a las personas y la importancia de rehumanizar las relaciones y a la necesidad de trabajar para promover los derechos humanos.
¡ Enhorabuena Viki!
A continuación, puedes leer el discurso que pronunció en el reconocimiento:
Quiero agradecer este premio Magister Senior a UNATE, la Universidad Permanente. Es un gran honor recibir este reconocimiento por las investigaciones realizadas por mi equipo de investigación sobre la salud de la población mayor.
Voy a compartir con Uds. unas palabras sobre mi profesión, la epidemiología, y sus aplicaciones a la investigación sobre el envejecimiento. En epidemiología tratamos de identificar factores que aumentan el riesgo de enfermar o factores que protegen de la enfermedad en una población bien definida. Cada investigación contribuye a establecer relaciones de causalidad y abre la puerta a diseñar y evaluar intervenciones o actuaciones para mejorar la salud de la población.
Voy a plantear dos axiomas. recordemos que un axioma es una proposición tan clara y evidente que se admite sin demostración, y dos propuestas de trabajo que me guían en la investigación sobre el envejecimiento.
Primer axioma, La investigación epidemiológica debe servir para mejorar la salud de la población.
En la investigación sobre el “buen envejecer” hay que plantearse preguntas y tomar decisiones:
¿Qué definición debo elegir para definir el buen envejecer? Puedo decidir tomar la definición de las personas mayores. Confío en su habilidad para seleccionar las metas en función de sus valores, en los caminos elegidos para llegar hasta allí. Las acciones tendrán sentido en la medida que nos ayuden llegar a la meta. En nuestras investigaciones internacionales, las personas mayores mencionan el mantenimiento de su funcionamiento físico y cognitivo como una meta, su autonomía.
Una vez tenemos claro lo que significa “envejecer bien” podemos hacernos preguntas de investigación sobre qué es lo que lleva a las personas a envejecer bien.
Segundo axioma: La investigación epidemiológica requiere perseverancia y no es sinónimo de reconocimiento profesional.
Sobre estos dos axiomas construiré mis propuestas.
Los métodos de investigación no son políticos, son métodos científicos que requieren generalmente observación longitudinal de poblaciones humanas y duran años. Las preguntas de investigación son políticas porque sus respuestas generan acciones políticas para mejorar la salud de la población o en el caso del envejecimiento, retrasar el deterioro funcional físico y cognitivo.
Las respuestas a las preguntas de investigación pueden ser ignoradas por los poderes políticos, económicos, sociales, religiosos, o rebatidos con argumentos que nada tienen que ver con la ciencia. (Los investigadores no siempre reciben reconocimientos como el que estoy recibiendo hoy y por eso, les estoy particularmente agradecida).
Acompaño estas reflexiones con una ilustración de mi equipo en el International Mobility in Aging Study (IMIAS)
La pregunta de investigación surgió de la observación de que las mujeres mayores tienen mayores limitaciones de movilidad y menor velocidad de la marcha que los hombres de su misma edad. Hay que resaltar que los límites de movilidad tienen graves consecuencias porque aumentan el riesgo de discapacidad, la pérdida de autonomía para realizar las actividades de la vida diaria y por tanto, el riesgo de dependencia. Podríamos preguntarnos qué tiene de especial el sexo femenino para explicar los mayores límites de movilidad, en comparación con el sexo masculino. Sin embargo, observamos que el exceso de límites de movilidad en las mujeres es insignificante en países con igualdad de género (países nórdicos, Canadá) y aumenta a medida que aumenta la desigualdad de género en la sociedad (México, Brasil, Medio Oriente, algunos países africanos).
Decidimos aprovechar estas diferencias en la movilidad entre hombres y mujeres para proponer una investigación y cuantificar el impacto biológico (diferencias entre sexos) y el impacto social (diferencias entre géneros) en la movilidad y el desempeño físico en la vejez.
Formulamos cuatro hipótesis sobre las diferencias en las trayectorias vitales que podrían ocasionar estas diferencias de movilidad entre hombres y mujeres
1) Mayor privación económica y social de las mujeres en la infancia (escolaridad baja, ocupaciones de baja cualificación)- aumento del riesgo de trastornos crónicos
2) Mayor exposición a la violencia intrafamiliar y de genero de las mujeres- Estrés crónico e inflamación
3) Adhesión los estereotipos tóxicos de masculinidad y femineidad, (mejor ser andrógino)- caminos al estrés social como los conocidos en los estudios de simios de Sapolsky.
4) Entre la población de mujeres, la historia reproductiva: el embarazo en la adolescencia, el número de hijos y a menopausia quirúrgica son factores de riesgo para los límites de movilidad- Riesgo cardiovascular y respiratorio.
Durante los siguientes 10 años escribimos el proyecto, obtuvimos financiación y seguimos a 2.000 personas mayores en 5 ciudades del mundo para probar estas hipótesis, que resultaron ser ciertas, con claras implicaciones políticas a favor de la igualdad de género.
Implicaciones políticas que no son de gusto universal y que tienen poca credibilidad en la bibliografía científica. Solamente la investigación sobre el impacto de la historia reproductiva en las limitaciones de movilidad ha dado frutos. El estudio de la violencia es poco aconsejable si se quiere tener reconocimiento en la ciencia y se saldrá de los algoritmos de inteligencia artificial porque existen pocas bases de datos con esa información. Y los estereotipos de masculinidad y femineidad no entran en la literatura biomédica.
Conclusión: La investigación epidemiológica es un concepto basado en valores, que se fundamente en una concepción moral del mundo y que pertenece al inconsciente cognitivo del investigador (sistema de valores que estructura nuestro cerebro, Inspirado en la lectura de George Lakoff: The political mind: A cognitive scientist guide to your brain and its politics)
Todo comienza por la aceptación de la responsabilidad social de nuestras acciones como investigadores y la búsqueda de justicia social como meta profesional. En consecuencia, la investigación epidemiológica y las actuaciones que los resultados de la investigación generan, son políticos. El investigador se motiva por un valor moral: la empatía que se aplica con responsabilidad y fuerza. Esta empatía nos lleva a examinar las decisiones crueles y discriminatorias del gobierno de la Comunidad de Madrid que impidió el acceso a los hospitales a personas que vivían en residencias. La empatía lleva a reconocer el trato injusto y discriminatorio, es una forma de daño que requiere la protección del gobierno.