En la actualidad cinco generaciones conviven en el entorno laboral: veteranos, Baby Boomers, Generación X, Generación Y y Generación Z. Todas ellas con diferentes formas de trabajar y circunstancias vitales.
Por ello es fundamental apostar por una sociedad diversa que permita establecer vínculos intergeneracionales basados en el respeto y en el aprendizaje, transformando la disparidad en una ventaja competitiva.
Los Baby Boomer (nacidos entre finales de los 40 y mediados de los 60) se aproximan a la jubilación, una nueva etapa de la vida que abre el camino a otras experiencias, prioridades y estilo de vida. Considerados como “mayores”, esta generación puede seguir aportando un valor incalculable gracias su experiencia vital, sabiduría y conocimientos técnicos.
¿Es la jubilación el fin del recorrido vital de los seniors? Al contrario, es el inicio de una nueva etapa abierta a infinidad de posibilidades, la oportunidad de perseguir otras metas o aquellas que quizás nunca se plantearon. Es el momento de devolver a la sociedad la experiencia acumulada a lo largo de la vida laboral de forma plena y activa.
Entender la jubilación (o la prejubilación) como una evolución y no como una pérdida es la clave para disfrutarla plenamente. Además de apostar por un estilo de vida saludable, es necesario fomentar las relaciones personales y un envejecimiento activo.
En el contexto actual, el talento senior puede seguir aportando todo su conocimiento y experiencia de diversas formas.
El fenómeno del voluntariado social surge como respuesta ciudadana a las necesidades de la sociedad y de los colectivos más desfavorecidos. Se ha demostrado que participar activamente en las comunidades mejora las conexiones sociales, aumenta la autoestima y la felicidad.
El informe “Voluntariado inclusivo adaptado a las personas mayores”, de la Fundación sin ánimo de lucro británica Center for Ageing Better, pone de manifiesto que algunas personas mayores encuentran barreras para involucrarse en la forma en que quisieran en el voluntariado.
Los temores a la discriminación por motivos de edad, a ser rechazados o a terminar demasiado comprometidos, la falta de confianza y la sensación de no ser bienvenidos o valorados pueden hacer que los mayores dejen de participar.
Entre las conclusiones también se destaca la necesidad de asegurar que haya más oportunidades para que las personas mayores se involucren en sus comunidades. Y para que esto suceda, las oportunidades han de ser inclusivas con la edad. Además, se demanda que los diferentes organismos se comprometan a desarrollar, orientar y apoyar cuestiones clave como el acceso al voluntariado.
Ya hay diferentes instituciones y compañías en nuestro país que trabajan para dar respuesta a la participación social de las personas mayores que tienen mucho talento que ofrecer.
Bizipoz es una de estas empresas. Fundada por Eider Etxebarría y Beatriz Santamaría, su objetivo es empoderar a los mayores y para ello diseñan y ejecutan programas que fomentan la participación social y el envejecimiento activo.
“El talento senior se jubila en las empresas pero parece que se jubila también de la vida y es todo lo contrario. Tienen mucho conocimiento personal y profesional”, explica Etxebarría, responsable de Desarrollo y Gestión de Proyectos en Bizipoz.
Esta cooperativa (cuyo nombre en euskera significa “vivir con alegría”) inició sus pasos en 2015. En la actualidad, además de diseñar y ejecutar programas de envejecimiento activo, ayudan a entidades públicas y privadas en la transición a la jubilación, implantan los programas de ciudades amigables en municipios y proporcionan formación. Esta formación activa junto con la concienciación es clave para que los mayores se conviertan en impulsores de iniciativas sociales en su entorno.
El apoyo de las Administraciones Públicas a las asociaciones de mayores suele estar centrado en los aspectos logísticos pero, según Etxebarría, no se centran en dotar de herramientas y conocimiento para que diseñen y pongan en marcha actividades. Conseguir asociaciones autogestionadas y dotarlas de recursos para que ganen en autonomía permite que los mayores se conviertan en líderes para la sociedad.
«El perfil del participante es mayor de 55 años, principalmente mujeres y con un deseo de sentirse útiles. En ocasiones, nuestra formación da lugar al emprendimiento social lo que pone de manifiesto que la edad no es una barrera para crear nuevos proyectos ilusionantes. El talento senior tiene mucho que ofrecer”, añade Etxebarría.
Bizipoz ha recibido varios reconocimientos y premios, entre los que destaca Forbes 30 under 30 y las Top 100 mujeres líderes 2019 en España.
Sin lugar a dudas, el mentoring se ha convertido en una estupenda estrategia que potencia el valor del talento senior. Esta herramienta de desarrollo profesional en la que una persona más experimentada o con mayor conocimiento ayuda a otra menos experimentada o con menor conocimiento permite visibilizar la veteranía de los mayores.
La intergeneracionalidad cobra especial importancia en el mentoring. Tanto los mayores como los jóvenes pueden ofrecerse apoyo unos a otros a través de una interacción significativa.
Aunque el modelo tradicional se basa en el traspaso de conocimiento de los seniors a los jóvenes, en la actualidad el Mentoring Inverso (de los jóvenes a los seniors) está en auge. Los beneficios de esta práctica no es solo la actualización de ideas y conocimientos para los seniors, ya que los mentores más jóvenes adquieren valores sociales tan importantes como el compromiso con los demás, participación y responsabilidad social.
Senior Españoles para la Cooperación Técnica (SECOT) es una asociación sin ánimo de lucro compuesta por voluntarios seniors. Sus profesionales y ejecutivos jubilados y prejubilados ofrecen sus conocimientos y experiencia en gestión empresarial a microempresas, jóvenes emprendedores y entidades del tercer sector que lo necesiten y que no puedan acceder a una consultoría comercial por sus limitados recursos económicos. Asesoran de forma confidencial, ofreciendo su diagnóstico y proponiendo acciones para el desarrollo empresarial.
eSemp es la Escuela de Emprendedores de SECOT, un proyecto que desde su inauguración en Madrid en 2012 ha formado a más de 500 alumnos al año gracias al asesoramiento de profesionales seniors.
Para Tomás Pereda, HR Senior Advisor y Responsable de Red Empresas en Fundación máshumano, es necesario cuestionar la cultura y los actuales paradigmas que nos invaden, “si los cambiamos vamos a descubrir que hay personas de 60 años con muchas ganas de seguir dando guerra y de seguir aprendiendo”.
Para este experto en talento senior, los estereotipos no están apoyados en ninguna evidencia científica ni en ningún hecho objetivo. “Muchos senior renuncian a seguir alargando su vida laboral y a reinventarse profesionalmente pero es necesario que se planteen que se puede tener una nueva profesión aunque tengas 50 años. Hay que romper con los estereotipos y los paradigmas culturales para que la diversidad generacional se convierta en un elemento clave”.
Con la jubilación, el profesional concluye la relación laboral con su empresa, pero no tiene por qué desvincularse de sus pasiones. Solamente tiene que descubrir cómo abordarlas desde una nueva perspectiva.
La jubilación activa está pensada para contribuir a la sostenibilidad del sistema de pensiones y promover el envejecimiento activo. Por norma general, existe una incompatibilidad entre trabajar y cobrar la pensión al mismo tiempo. Pero como en todo, existen excepciones.
El talento senior puede escoger esta opción, una modalidad que establece la posibilidad de disfrutar la prestación contributiva con la realización de cualquier trabajo tanto por cuenta propia como por cuenta ajena.
Aunque la jubilación activa aún es bastante desconocida tanto para las empresas como para los trabajadores, ofrece a los autónomos la posibilidad de cobrar el 100 % de la pensión en el caso de tener un trabajador a su cargo. Según la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), la jubilación activa ha duplicado el número de autónomos mayores de 65 años en la última década.
El concepto tradicional del ciclo de vida en tres etapas —educación, vida laboral y jubilación— tendrá que ser reconsiderado. Además, será preciso aumentar nuevas formas de trabajo (a tiempo parcial o temporal) y la formación será clave para facilitar la transición a una vida laboral más larga.
“Tenemos un bonus un 20 años más de vida joven, el senior puede tener una carrera a largo plazo y estar en el corazón de la transformación digital pero para ello será fundamental el aprendizaje y la reinvención de uno mismo”, explica Tomás Pereda.
Es necesario cambiar el concepto negativo de la ancianidad lleno de consideraciones infundadas que provocan cierto edadismo injustificable. Por ello, hay que otorgarle el verdadero valor que se merece: una etapa dinámica y plena donde el conocimiento adquirido a lo largo de los años retorna a la sociedad y cobra una importancia vital.
