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Para sentirte mejor, déjate cuidar

Tercera entrega de la serie Longevidad y Bienestar: 12 causas para una larga vida, centrada en el cuidado para fomentar una longevidad saludable. Porque sentirse cuidado y cuidarse son dos factores que infieren en el bienestar personal durante todas las etapas de la vida
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Tercera entrega de la serie Longevidad y Bienestar: 12 causas para una larga vida, centrada en el cuidado para fomentar una longevidad saludable. Porque sentirse cuidado y cuidarse son dos factores que infieren en el bienestar personal durante todas las etapas de la vida.

Este mes, desde la Fundación Mutualidad Abogacía hacemos un llamamiento a dejarse cuidar para sentirse mejor, dentro de la iniciativa Longevidad y Bienestar: 12 causas para una larga vida. Esta propuesta forma parte de nuestro compromiso con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3: salud y bienestar. Para contribuir a lograrlo, identificamos las tendencias del cuidado y reflexionamos sobre su aportación al bienestar de las personas.

 

El cuidado, vía hacia el bienestar

Desde el punto de vista de la psicología, hay dos corrientes principales para abordar el bienestar del individuo: el bienestar subjetivo y el bienestar psicológico.

Como definió Ruut Veenhoven, sociólogo holandés pionero en el estudio científico de la felicidad, el bienestar subjetivo es la satisfacción con la vida: “El grado en que una persona evalúa la calidad global de su vida en conjunto de forma positiva. En otras palabras, cuánto le gusta a una persona la vida que lleva” (El estudio de la satisfacción con la vida. Intervención Psicosocial).

Otra aproximación al concepto es el bienestar psicológico. Los psicólogos estadounidenses Carol Diane Ryff y Corey Keyes (este último también sociólogo), definieron en 1995 seis parámetros de bienestar: autonomía, objetivos vitales, autoaceptación, relaciones positivas con otros, dominio ambiental y crecimiento personal (Social Functioning and Social Well-Being).

Ambas teorías hacen una aproximación centrada en el individuo, “cuya felicidad y cuyo crecimiento personal se produce al margen de las condiciones en las que se desenvuelve su existencia”, consideran los profesores de la Universidad Autónoma de Madrid Amalio Blanco y Darío Diez, en su artículo El Bienestar social: su concepto y medición (Psicothema).

De ahí surge el concepto de bienestar social, que pretende ser más completo y complejo. El sociólogo finlandés Eric Allardt es uno de sus formuladores, significando la importancia de que existan y funciones estructuras públicas y privadas capaces de ofrecer las condiciones necesarias para que el individuo pueda sobrevivir, pero también desarrollarse en bienestar.

Hoy la sensación de bienestar está muy mediatizada por la sensación de proximidad o lejanía en el acceso a esos servicios del cuidado, donde el mercado ha detectado una gran oportunidad.

 

Qué entendemos por bienestar

Como consumidores cada vez estamos más interesados en esos productos y servicios que impactan en nuestro bienestar. Según el informe Futuro del bienestar, de McKinsey And Company, el 79% de los 7.500 entrevistados en seis países manifestaron que el bienestar es muy importante y el 42% lo ubicó como una de sus principales prioridades.

La consultora global constata en su estudio una creciente demanda de esos servicios y productos que el consumidor asocia al bienestar, generando un mercado superior a los 1,5 billones de dólares en todo el mundo en 2021.

Pero qué productos y servicios relaciona el consumidor con su bienestar y cuidado. Según McKinsey, se pueden dividir en seis categorías.

 

Mejor salud

Sin duda, la categoría más asociada al bienestar es la del cuidado de la salud. Un empeño en el que los consumidores toman un interés más directo. Según McKinsey, ese empoderamiento sobre el cuidado de la salud se traduce en servicios como:

  • Asistencia personalizada basada en datos. El ejemplo más común son las aplicaciones móviles de salud. Algunas de uso muy general para, por ejemplo, medir el gasto energético o contar pasos y otras muy específicas para el control de enfermedades crónicas como la diabetes.
  • Al margen de las iniciativas integradas en el smartphone, crece una nueva industria de dispositivos electrónicos para el cuidado de la salud (wearables). Los más habituales son de tipo pulseras o relojes multifunción, algunos modelos incluso realizan electrocardiogramas o miden la saturación de oxígeno en sangre.
  • La digitalización también está transformando la prestación de determinados servicios médicos a través de portales especializados. Los servicios médicos virtuales permiten democratizar las tarifas de consulta privada en diagnósticos, por ejemplo de dermatología, y muy especialmente en servicios de atención psicológica.
  • Análisis de ADN. Con una muestra de saliva recogida en casa es posible, empresas como la startup española ADNtro hacen un análisis de ADN que informa de la predisposición frente a enfermedades genéticas, la tolerancia de alimentos o para qué deportes hay mayor predisposición.
  • Servicios de cuidado a personas. Frente a una mayor población con dependencia, crecen las soluciones de cuidados para la propia persona dependiente y sus cuidadores. Desde residencias para mayores con apartamentos compartidos a servicios de enfermería, la oferta no deja de crecer.

 

Mejor estado físico

La pandemia y el confinamiento puso de relieve la importancia de cuidar del estado físico con independencia de la edad, abriendo un nuevo abanico de servicios y productos.

  • Gimnasio en casa. Desde una simple banda elástica o un rodillo para abdominales a cintas de correr o bicicletas estáticas con pantallas inmersivas, la creatividad de los fabricantes de material de entrenamiento en el hogar es inagotable.
  • Entrenamiento superespecializado. Fruto de la explosión del entrenador personal vivido a principios del siglo, muchos coaches se han reciclado ofreciendo entrenos muy específicos en pequeños grupos. Pérdida de peso, fitness para mayores, ejercicios pos-rehabilitación de enfermedades o el entrenamiento interválico de alta intensidad son algunas de las 20 primeras tendencias identificadas por la consultora deportiva Valgo en España para 2022.
  • Gimnasios low cost. Tras el parón impuesto por la alerta sanitaria, miles de españoles vuelven a estos centros de deporte que para ofrecer unas bajas tarifas al mes, reducen su oferta a los servicios esenciales para la práctica deportiva.

 

Mejor nutrición

“Los consumidores no solo quieren que los alimentos sepan bien, también que les ayuden a alcanzar sus objetivos de bienestar”, se afirma en el estudio de McKinsey. Algunas de las tendencias en nutrición apuntan

  • Alimentos con historia. Una tendencia que no deja de crecer desde hace años es la de consumir productos que cuentan una pequeña historia sobre su origen o modelo de fabricación. Los consumidores agradecen conocer la intrahistoria de una lata de anchoas del Cantábrico, de un zumo depurativo o del vino que comparte en una cena con amigos. Una información que se ofrece en la publicidad convencional, redes sociales el momento de la compra y, cada vez más, a través de códigos QR.
  • Servicios de suscripción de alimentos. De modo similar a la suscripción de plataformas de contenido audiovisual como Netflix, cada vez es más común recibir a la semana o al mes un pedido de alimentos. La oferta es inabarcable desde menús diarios servidos en tarteras para llevar al trabajo de la española Wetaca, a la francesa La colmena dice Sí, que pone en contacto a los consumidores con los productores de proximidad a través del comercio de barrio.
  • Programas de dieta. Una de las prescripciones médicas más importantes y generalizadas a pacientes de todo tipo es alcanzar el peso adecuado. Una sociedad cada vez más concienciada sobre esta necesidad acude a servicios especializados, descarga app o sigue a influencers que pueden ayudarle a alcanzar el objetivo.
  • Productos dietéticos. Su venta crece al ritmo del 4% según DBK en los últimos años. Especialmente relevante es el consumo de los complementos alimenticios, que ya alcanzan el 38,5% del sector.

 

Mejor apariencia física

Para muchas personas, cuidar de la apariencia física es una de las mayores fuentes de satisfacción personal.

  • Tratamientos estéticos no quirúrgicos. Cada vez más, las calles ofrecen servicios estéticos especializados y tratamientos médicos no quirúrgicos al alcance de una mayoría. Desde alineamiento dental a rejuvenecimiento facial con láser y productos de relleno facial de nueva generación, las propuestas de esta industria siempre sorprenden.
  • Moda bienestar. Se la conoce como athleisure, y es una de las tendencias de moda más poderosas del mercado. Su objetivo es vestir con comodidad y estilo combinando prendas deportivas con otras más sofisticadas. Como resultado, unos looks que permiten ir del gimnasio a la ópera sin pasar por casa.
  • Nueva cosmética. Productos que combinan higiene y salud como desinfectantes o antibacterianos, cremas de origen ético, sostenibles y no tóxico, cosméticos antipolución…

 

Mejor calidad del descanso

Productos que ayuden a mejorar la calidad del sueño, una demanda aún no plenamente satisfecha por el mercado en opinión del estudio Futuro del bienestar. De hecho, uno de cada dos consumidores agradecería contar con productos más especializados.

  • Nuevas soluciones para el sueño. Mantas terapéuticas o de peso, cortinas de no dejan pasar la luz, aplicaciones que permiten rastrear el sueño, almohadas para dormir de lado, aromaterapia, ruido blanco (un sonido constante y uniforme que relaja), o los más clásicos camas y colchones especiales y, por supuesto, productos naturales o farmacéuticos forman parte de la oferta del mercado del sueño.

Mejor salud mental

Un aspecto del cuidado de las personas que la pandemia ha ayudado a visualizar. Los encuestados manifiestan de forma mayoritaria su interés por prestar mayor atención a su salud mental, aspecto sobre el que también reclaman una mayor propuesta de productos y servicios.

  • Relajación y meditación. Servicios de entrenamiento personal en disciplinas de autoconsciencia como el mindfulness o el yoga recuperan su vigencia. Una demanda que también se atiende desde app como Pura Mente o la popular Calm o los contenidos en redes sociales como Youtube (Meditación3 o Easy Zen). El turismo también se suma a la tendencia ofreciendo retiros en centros ubicados en parajes naturales privilegiados o edificios cargados de simbolismo como monasterios. Y por supuesto, la tradicional oferta balnearia, lo importante es dejarse cuidar para sentirse mejor por fuera y por dentro.
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