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Intervención de Cruz Roja Española ante las olas de calor

La intervención de Cruz Roja Española en el ámbito de las campañas estacionales relacionadas con el incremento extremo de las temperaturas, comenzó en 2006, con el objetivo de prevenir los efectos de las olas de calor en personas mayores y la infancia.
Por Cruz Roja Española
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Antecedentes

La intervención de Cruz Roja Española en el ámbito de las campañas estacionales relacionadas con el incremento extremo de las temperaturas, comenzó en 2006, con el objetivo de prevenir los efectos de las olas de calor en personas mayores y la infancia.

Desde entonces, Cruz Roja Española ha llevado a cabo cada verano la Campaña Informativa ante la Ola de Calor. Actualmente, esta campaña forma parte del Proyecto de Promoción de Hábitos Saludables ante las Olas de Calor, integrado en el Programa de Atención a Personas con Estilos de Vida No Saludable. El proyecto incluye actividades diseñadas para fomentar la adopción de hábitos preventivos que mitiguen los efectos negativos de las temperaturas extremas sobre la salud. Estas actividades abarcan la difusión de información y sensibilización a la población general, tanto en persona como a través de redes sociales, llamadas telefónicas a personas vulnerables, etc).

La asociación entre altas temperaturas e incrementos en la morbimortalidad es muy significativa, así numerosos estudios epidemiológicos muestran un aumento significativo de la mortalidad por encima de un determinado umbral térmico, y se ha demostrado que las temperaturas extremadamente altas inciden directamente sobre la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Los grupos más vulnerables incluyen niños y niñas, personas mayores y personas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias, diabetes, obesidad, demencia, Parkinson y Alzheimer, así como aquellas personas en tratamientos con diuréticos y neurolépticos. También se encuentran en riesgo las personas con dificultades cognitivas, poca autonomía y consumo de alcohol u otras drogas, junto con trabajadores y trabajadoras expuestas a largas horas de calor. Estos eventos imprevistos generan cargas adicionales para los sistemas sanitarios.

Contexto

El Ministerio de Sanidad ha activado el Plan para este año 2024 el pasado 16 de mayo y busca reducir las muertes y enfermedades durante los episodios de más calor. El Plan, que se pone en marcha en colaboración con las Comunidades Autónomas, estará activo hasta el 30 de septiembre, aunque podría extenderse al 15 de octubre si persiste el calor como ha ocurrido años atrás, fenómeno vinculado a una crisis climática que está alargando los veranos y disparando los episodios de altas temperaturas.

El Ministerio Sanidad explica que existe una alta probabilidad (por encima del 70%) de que este verano vuelva a ser más cálido de lo normal. El pasado ya, fue el más caluroso jamás registrado en el planeta y en España más de la mitad del mes de agosto hubo declaradas olas de calor. El exceso de temperatura afecta a la salud por varios mecanismos, que pueden conducir incluso a la muerte. Puede suceder un golpe de calor, que lleva a un fallecimiento súbito por una exposición a una temperatura muy alta y puede afectar a incluso personas sanas, pero no es lo más frecuente. Las víctimas suelen ser personas muy mayores (el riesgo se dispara por encima de los 80 años) con otras patologías y que pueden sufrir fallos orgánicos después de días consecutivos de calor.

De acuerdo a las estimaciones de MoMo – Sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas-, (el cual fue desarrollado inicialmente en el marco  del «Plan de acciones preventivas contra los efectos de las temperaturas excesivas», coordinado por el Ministerio de Sanidad, con el objetivo de reducir el impacto sobre la salud de la población como consecuencia del exceso de temperatura), los excesos de mortalidad atribuible a temperatura en España entre los años 2015 y 2023 fueron de 21.774 defunciones. El año 2022, con 4.789 defunciones atribuibles al calor, fue el que tuvo más excesos, seguido de 2023, con 3.009 defunciones, las cuales se concentran fundamentalmente en personas mayores de 65 años.

Campaña estacional: “En guardia contra el calor”

En este año 2024, desde Cruz Roja se lanza la campaña, incorporando un lema vinculado a la protección, “En guardia contra el calor”, que invita a toda la población, a adoptar sencillas conductas que nos permitan disfrutar del verano de forma saludable.

El objetivo de la campaña es prevenir y reducir el impacto de las altas temperaturas en la salud de la población en general, y especialmente entre las personas en situación de mayor vulnerabilidad, como los niños, los ancianos y las personas sin hogar.

En este contexto, la campaña actualiza su lema enfocado en la protección y la responsabilidad activa, desarrollando actividades destinadas a fomentar la adopción de conductas preventivas que mitiguen los efectos negativos de las temperaturas extremas sobre la salud.  El lema “En guardia contra el calor”, refleja la necesidad de mantenernos alerta y preparados ante los peligros que representan las altas temperaturas, especialmente durante las olas de calor que afectan a España cada verano. Este lema subraya varios aspectos clave:

  • Prevención activa: “En guardia” implica una actitud proactiva. No se trata solo de reaccionar cuando ya sentimos los efectos del calor, sino de tomar medidas preventivas para protegernos antes de que los problemas aparezcan. Esto incluye mantenerse hidratado, vestir ropa adecuada y evitar la exposición al sol en las horas más calurosas.
  • Conciencia constante: El lema nos recuerda que debemos estar siempre atentos y conscientes de los riesgos del calor, especialmente para aquellos más vulnerables como niños y niñas, personas mayores, personas con enfermedades crónicas, … La vigilancia constante es crucial para evitar situaciones de riesgo extremo
  • Responsabilidad compartida: “En guardia contra el calor” sugiere una responsabilidad colectiva. Todos tenemos un papel en protegernos a nosotros mismos y a los demás. Ayudar a nuestros vecinos, amigos y familiares a mantenerse seguros es parte de esta misión compartida.
  • Resiliencia y adaptación: El lema también resalta nuestra capacidad para adaptarnos y ser resilientes ante las condiciones adversas del clima. Al estar “en guardia”, estamos mejor preparados para afrontar los desafíos del calor extremo y minimizar sus efectos negativos.
  • Eficacia comunicativa: “En guardia contra el calor” es un mensaje claro, conciso y fácil de recordar. Su simplicidad y fuerza lo hacen efectivo para captar la atención y motivar a la acción, lo cual es esencial en una campaña de concienciación.

De este modo, en el marco de la campaña, se despliegan:

  1. Acciones de información y sensibilización en redes sociales institucionales
  2. Acciones de información y sensibilización presenciales
    • Actividades de información y sensibilización en la vía pública
    • Talleres con grupos organizados de participantes
    • Distribución de material informativo y de sensibilización
    • Otras iniciativas similares
  1. Información telefónica / Llamadas salientes. Esta actividad está dirigida específicamente a las personas usuarias de proyectos y programas de Cruz Roja que son consideradas más vulnerables ante las altas temperaturas. Se realiza por los agentes de proximidad de las diferentes asambleas territoriales

Estas acciones pueden implementarse en los distintos ámbitos territoriales, con especial atención a las alertas meteorológicas.

Factores de riesgo

Todos los seres humanos estamos expuestos a los impactos que pueden provocar sobre nuestra salud las temperaturas extremas. En condiciones normales, un individuo sano tolera una variación de su temperatura interna de unos 3 ºC aproximadamente, sin alterar de forma considerable sus condiciones físicas y mentales.  Sin embargo, la falta de capacidad de respuesta y adaptación ante determinadas situaciones, incide de forma más directa en ciertos grupos de población, lo que hace que tengan una mayor predisposición a verse afectados negativamente.

Los principales factores de riesgo asociados con la exposición a olas de calor son:

Factores personales

  • Personas mayores de 65 años.
  • Lactantes y menores de 4 años.
  • Mujeres gestantes.
  • Personas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias y mentales (demencias, Parkinson, Alzheimer, …).
  • Personas con enfermedades crónicas (diabetes mellitus, obesidad mórbida, …).
  • Personas con ciertos tratamientos médicos (diuréticos, neurolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes).
  • Personas con trastornos de la memoria, dificultades de comprensión o de orientación o poca autonomía en la vida cotidiana.
  • Personas que viven solas, en la calle y/o en condiciones sociales y económicas desfavorables
  • Personas con enfermedades agudas durante los episodios de temperaturas excesivas.
  • Personas que consumen alcohol y otras drogas.

Factores ambientales, laborales o sociales

  • Viviendas con ausencia de climatización y/o difíciles de refrigerar.
  • Exposición excesiva al calor por razones laborales (trabajo manual en el exterior o que exigen un elevado contacto con ambientes calurosos), deportivas (deportes de gran intensidad física) o de ocio.
  • Contaminación ambiental.
  • Ambiente muy urbanizado.
  • Exposición continuada durante varios días a elevadas temperaturas que se mantienen por la noche.

 

Recomendaciones

Con el fin de prevenir y/o reducir los problemas derivados de las altas temperaturas, Cruz Roja recuerda una serie de pautas sencillas, a implementar en el día a día, para poder disfrutar del calor y del verano con mayor seguridad.

A continuación, se presentan los principales consejos de prevención y protección frente a temperaturas elevadas:

  • Hidratación: Bebe agua y líquidos con frecuencia, aunque no sientas sed, independientemente de la actividad física que realices.
  • Evita ciertos tipos de bebidas: No consumas bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.
  • Grupos de riesgo: Presta especial atención a bebés, niños y niñas, lactantes, mujeres embarazadas, personas mayores y aquellas con enfermedades que pueden agravarse con el calor (enfermedades cardiacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, problemas de movilidad, demencia, enfermedades mentales, y personas con abuso de drogas o alcohol).
  • Ambientes frescos: Permanece el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refréscate siempre que lo necesites.
  • Actividad física: Reduce la actividad física y evita realizar deportes al aire libre durante las horas centrales del día.
  • Vestimenta: Usa ropa ligera, holgada y que permita la transpiración.
  • Vehículos: Nunca dejes a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado, especialmente a menores, mayores o personas con enfermedades crónicas.
  • Consulta médica: Ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas, consulta a tu profesional sanitario.
  • Medicamentos: Mantén tus medicinas en un lugar fresco, ya que el calor puede alterar su composición y efectos.
  • Alimentación: Consume comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor, como ensaladas, frutas, verduras y zumos

Una preocupación adicional: las enfermedades transmitidas por vectores y su relación con las olas de calor

De igual modo, las olas de calor y el cambio climático tienen un impacto significativo en la salud pública, exacerbando la incidencia y propagación de enfermedades transmitidas por vectores. Los vectores son organismos que transmiten patógenos (virus, bacterias, parásitos) a humanos y otros animales.

En este sentido podemos identificar el escenario en el que las temperaturas extremas y las olas de calor influyen en estas enfermedades y cómo éstas impactan especial a las personas y comunidades en situación de mayor vulnerabilidad.

De este modo, debemos prestar especial atención al creciente impacto en el aumento de la población de estos vectores, la expansión geográfica o el incremento de las oportunidades en la transmisión de enfermedades. Los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, vectores del dengue, chikungunya y zika, se reproducen más rápidamente en condiciones cálidas. Las garrapatas, vectores de la enfermedad de Lyme y otras infecciones, también se ven favorecidas por temperaturas más cálidas y húmedas. De este modo, estos vectores pueden permanecer activos durante más meses del año, incrementando el riesgo de exposición a enfermedades.

Enfermedades sensibles a cambios de temperatura como el dengue, chikungunya, Zika, Enfermedad de Lyme o fiebre del Nilo Occidental cada vez aparecen con mayor frecuencia en nuestra vida cotidiana a través de los medios de comunicación.

Algunas de las actuaciones que podrían permitir reducir el impacto de las olas de calor y el cambio climático en la propagación de enfermedades transmitidas por vectores pasarían por establecer sistemas de monitorización, vigilancia, predicción y planificación de respuestas coordinadas.

El despliegue de proyectos educativos y de sensibilización para informar a la población sobre los riesgos asociados con las olas de calor y las medidas para protegerse de las picaduras de vectores, así como la promoción de buenas prácticas de higiene y saneamiento permitirían un mayor conocimiento de la población y facilitaría actuaciones eficaces y de alto impacto en el control de estos vectores.

Por otra parte, las enfermedades alérgicas también son sensibles al clima: condiciones más cálidas favorecen, en general, la producción y liberación de alérgenos transportados por el aire (pólenes, esporas, etc.), lo que afecta a las enfermedades respiratorias alérgicas. Además, la contaminación atmosférica, que ya impacta negativamente de forma directa en la salud humana, se verá incrementada de diversas formas por los efectos indirectos del cambio climático, aumentando los efectos adversos de algunos contaminantes ante temperaturas extremas.

Un ejemplo de las causas de exceso de mortalidad atribuible al cambio climático y en particular a los eventos climáticos extremos como las olas de calor son la malnutrición y las diarreas, provocadas por el aumento en frecuencia e intensidad de estos fenómenos meteorológicos

Estos eventos conducen a la escasez de alimentos y al desplazamiento de poblaciones. Además, hay que considerar los impactos sobre los sistemas sociales en aspectos como la seguridad alimentaria, la capacidad laboral, la salud mental y otros efectos, como el aumento de la presión sobre los sistemas de atención sanitaria.

Según el Instituto de Salud Carlos III, “el cambio climático representa una amenaza emergente considerable para la salud pública y modifica la manera en que debemos valorar la protección de las poblaciones vulnerables. Todas las poblaciones están expuestas a los impactos negativos en salud que el cambio climático provoca, pero algunas circunstancias aumentan la susceptibilidad, como la ubicación geográfica y las desigualdades socioeconómicas. Otros factores socioeconómicos, como la pobreza, pueden marcar diferencias en el impacto que las temperaturas extremas tienen sobre la salud. Por lo tanto, las repercusiones del clima en la salud humana no se distribuirán uniformemente, sino que afectarán en mayor medida a las poblaciones con mayores niveles de vulnerabilidad”.

Un caso especial: La intervención con personas sin hogar afectadas por las olas de calor

Las olas de calor representan un riesgo muy importante especialmente para las personas sin hogar. En 2022, un total de 28.552 personas sin hogar fueron atendidas en centros asistenciales de alojamiento.

Cruz Roja viene gestiona 700 plazas de alojamiento en albergues y pisos destinados a la acogida temporal de personas sin hogar. Estos alojamientos se encuentran en 16 provincias distribuidas en 10 Comunidades Autónomas.

Actualmente la Institución mantiene distintos tipos de centros sociosanitarios, principalmente destinados a la cobertura de necesidades básicas como servicio de ducha, lavandería, estancia sin alojamiento donde puedan disponer de un espacio para la compañía, el entretenimiento y la atención de sus necesidades de alimentación (desayunos, comidas, cenas), etc. Estos centros sociosanitarios actualmente son gestionados por Cruz Roja en 14 provincias distribuidas en 8 Comunidades Autónomas.

Igualmente, Cruz Roja dispone de 78 Unidades Móviles de Emergencia Social (UES) que atienden personas sin hogar en 36 provincias distribuidas en 15 Comunidades Autónomas.

En estas unidades móviles (UES) se realizan itinerarios en las distintas zonas en las que se encuentran las personas sin hogar, llevado a cabo la actividad in situ. Suelen tener diferentes horarios, abarcando también el horario nocturno. Las actuaciones, contemplan una atención integral abarcando:

  • Detección de casos. Búsqueda directa de las personas que se encuentran en la calle.
  • Entrega de productos de alimentación, higiene masculina y femenina etc. para cubrir necesidades básicas, y de material sanitario.
  • Detección, actuación y derivaciones de emergencia antes situaciones urgentes, disponiendo de protocolos diferenciados de actuación en función de la vulnerabilidad y los riesgos a los que se enfrentan las personas en la calle (mujeres, menores, personas con algún tipo de discapacidad, personas con síntomas compatibles con diferentes tipos de infecciones).
  • Información y orientación sobre recursos existentes.
  • Acompañamiento personal y social: siguiendo las rutas establecidas se mantienen los contactos con las personas que se tienen localizadas realizándoles visitas periódicas y estableciendo y siguiendo un plan de intervención en la medida en que la situación de calle lo permite.

Por otra parte, el estigma asociado con las personas sin hogar influye significativamente en su salud, su acceso a los servicios de salud y su vulnerabilidad. Este estigma puede manifestarse en prejuicios, discriminación y la falta de comprensión por parte de la sociedad, lo que agrava las dificultades que enfrentan estas personas.

Influencia del Estigma en la Salud

  • Salud Física: El estigma puede llevar a un acceso limitado a la atención médica, lo que resulta en diagnósticos tardíos y tratamientos inadecuados. Condiciones crónicas como hipertensión, diabetes y enfermedades respiratorias pueden no ser tratadas adecuadamente.
  • Salud Mental: Las personas sin hogar a menudo enfrentan problemas de salud mental como depresión, ansiedad y trastornos por abuso de sustancias. El estigma puede empeorar estos problemas al hacer que estas personas se sientan rechazadas y aisladas, impidiendo que busquen ayuda.
  • Estrés Crónico: El constante rechazo y la discriminación aumentan los niveles de estrés, lo que puede tener efectos negativos en el sistema inmunológico y aumentar la susceptibilidad a diversas enfermedades.

Es por todo esto que en el marco de los programas con personas sin hogar, desde Cruz Roja intervenimos para prevenir y paliar los efectos negativos de las olas de calor en este colectivo a través de entrega de productos, acciones de sensibilización y derivación a recursos.

Próximos pasos

En nuestro compromiso continuo con la protección de las personas vulnerables durante las olas de calor, implementaremos la integración de dispositivos de voz y llamadas telefónicas salientes. Esta medida responde a la necesidad de asegurar la salud y seguridad de los colectivos en situación de vulnerabilidad durante condiciones climáticas extremas.

La estrategia de Cruz Española busca mejorar la eficacia en la activación de alertas y recordatorios sobre medidas preventivas. Al combinar el uso de dispositivos de voz con llamadas salientes, aspiramos a:

  • Aumentar la efectividad en la difusión de alertas y recordatorios.
  • Mejorar la comprensión y adopción de las medidas preventivas por parte de las personas vulnerables.
  • Evaluar la efectividad de los dispositivos, verificar la comprensión de las acciones preventivas y detectar necesidades adicionales, teniendo en cuenta variables como edad, estado de salud y lugar de residencia (rural/urbano).

Desde Cruz Roja se continúa trabajando en el fortalecimiento de las medidas de sensibilización, prevención y mitigación de los efectos negativos de las temperaturas extremas en los colectivos que atendemos, incorporando intervenciones novedosas, en el marco de un enfoque integral que fortalezca la resiliencia de las comunidades.