Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Escuela de Pensamiento
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

A cada fase de envejecimiento, un hogar ideal: alternativas a la casa propia y la residencia

Del resort o cohousing para seniors a los alojamientos de recuperación tras una operación. Las alternativas a la vivienda propia o la residencia, se adaptan a las diferentes fases de envejecimiento.
¡Compártelo!

La serie Longevidad y Bienestar: 12 causas para una larga vida, de Fundación Mutualidad Abogacía, llega a su fin con su reivindicación duodécima, que bien pudiera haber encabezado este listado de prioridades para avanzar en la dignificación y calidad de vida de la persona mayor. Cerramos el recorrido, hablando de los clásicos y nuevos modelos de hogar para el colectivo sénior.

La persona mayor no quiere renunciar a su autonomía mientras la salud lo permita. Tampoco quiere responsabilizar a hijos y familia de sus cuidados. Además, quieren vivir esta etapa vital desde la movilidad, la socialización y la experimentación, y para ello necesitan no de uno sino de varios modelos de vivienda que den alas a sus aspiraciones.

Consciente de esta nueva demanda, el mercado inmobiliario responde multiplicando su oferta de senior living. Término qué aglutina las nuevas fórmulas de vivienda para atender a una sociedad que envejece como la española, donde en 2050 casi uno de cada tres ciudadanos será mayor de 65 años según el INE, el 31,4% de la población total frente al 19,6% de 2020.

Pero el reto está ahí, en 2022 España contabilizó 389.031 camas de senior living (la inmensa mayoría residenciales), 3,1 por cada centenar de personas de 64 años o más. Una ratio inferior a la de 5 que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cumplir con este mandato requiere de una inversión anual de 1.445 millones de euros para la creación de nuevas plazas hasta 2030, según la estimación de la consultora de data science Fragua de Atlas Real Estate (Informe de estado y tendencias del senior living, 2022).

 

Un hogar que respete los Derechos Humanos del mayor

Al margen de las estadísticas y las diferentes soluciones habitacionales del mercado, conviene preguntarse ¿cómo debe ser el hogar de la persona mayor?, ¿qué tiene que ofrecerle?

La Fundación HelpAge respondió a esta cuestión en 2021 en su informe ¿Dónde y cómo vivir? De manera muy sintética, se puede resumir en siete puntos las prioridades, la vivienda de la persona mayor debe:

  • Garantizar la dignidad, la igualdad, la autonomía y la participación de las personas beneficiarias.
  • Ofrecer perspectiva de género.
  • Ser adaptable y modificable a las necesidades de sus habitantes.
  • Potenciar el envejecimiento saludable.
  • Favorecer la accesibilidad a la comunidad y al entorno.
  • Ser respetuosa con el sistema de valores culturales de cada persona.
  • Mantener los vínculos familiares y comunitarios.

 

Cinco alternativas a la vivienda de toda la vida

La mayoría de españoles mayores de 65 años vive en su domicilio, muchos de ellos solos. De los 4,79 millones de hogares unipersonales, en 2,13 millones vive una persona de 65 años o más (Encuesta Continua de Hogares 2020, INE). En un país con fuerte tendencia a la vivienda en propiedad, como España, en la mayoría de los casos se trata de viviendas en propiedad y habitadas por mujeres (1,51 millones de mujeres frente a algo más de 620.000 de hombres).  Tras la vivienda propia, la solución de vivienda más habitual es la de la residencia.

Pero cada vez hay más alternativas. El senior living apuesta por nuevos modelos de vivienda adaptados a las diferentes etapas y necesidades de las personas mayores. Según la clasificación de Fragua de Atlas Real Estate, se puede diferenciar entre:

 

Residencial para mayores independientes con alta movilidad
Viviendas y residenciales adaptados al estilo de vida de la persona mayor en la fase inicial hacia la vejez. Se trata de un modelo muy habitual en Estados Unidos para mayores de 55 años, en muchos casos activos profesionalmente. En España se empiezan a construir en entornos vacacionales (senior resort) y, de menor tamaño, en grandes capitales, principalmente orientados al sénior extranjero.

Ofrecen viviendas de alto standing que garantizan la completa intimidad e independencia en un entorno cuidado y de fácil socialización, potenciado por su gran número de servicios: salones comunes, restaurante, instalaciones deportivas, consultas de servicios de salud no médica y seguridad 24 horas.

‘Senior cohousing’
Se puede diferenciar entre las viviendas promovidas por colectivos particulares con intereses afines y las de iniciativa privada (coliving). En ambos casos se potencia el sentimiento de comunidad gracias a las numerosas zonas de zonas comunes, en detrimento de la vivienda centrada en la necesidad individual.

Se dirigen a la horquilla de edad de 65 a 75 años. Un colectivo aún independiente pero que empieza a conceder más importancia al cuidado, si bien la dotación de servicios complementarios del senior cohousing sigue centrándose más en la experiencia en comunidad y ocio, que en la salud.

Apartamentos para mayores con servicios medicalizados básicos
Viviendas dentro de un complejo para personas mayores con bajo nivel de dependencia que garantizan privacidad dentro de un entorno de control. Su diseño responde a las necesidades de los sénior de más de 75 años hasta los 84 años.

Esta solución de vivienda promueve un cuidado de baja intensidad, garantizando la supervisión pero con el total respeto a la intimidad y autonomía de la persona mayor.

Viviendas para estancias cortas
Se trata de uno de los modelos más novedosos. Se ofrece como una alternativa habitacional para estancias breves en periodos de recuperación de enfermedades y postoperatorios o durante la rehabilitación por roturas, etc.

Se dirigen al colectivo de 65 años o más, aportando independencia y asistencia profesional durante estos periodos en que –de modo transitorio– requieren de una asistencia total o parcial, liberando a familiares y amigos de los cuidados.

Residencia de mayores
En los 1.435 centros públicos y 4.107 privados operativos en España según datos del Imserso (citados por la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales) viven entre el 3% y 4% del colectivo de 65 años o más, normalmente el porcentaje de más edad y vulnerabilidad: de 85 años en adelante.

Es el modelo más desarrollado hasta la fecha en España. Responde al esquema tradicional de enfermería especializada con asistencia médica y servicios de atención continuada para mayores dependientes.

En el marco del XI Foro de Economía, José Miguel Rodríguez Pardo, presidente de la Escuela de Pensamiento de Fundación Mutualidad, expone ante los congresistas medidas de sostenibilidad al sistema de pensiones como la optimización del salario en base a los tres pilares de la previsión social.
El 56,5% de las empresas de seguros no ofrecen un servicio diferen cial al colectivo sénior: conclusiones del informe de Fundación Mutualidad para conciliar oferta y demanda del sector.
Desde hace casi 300 años la contaminación, las emisiones de dióxido de carbono y la actividad humana están estrechamente relacionadas.