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“Ampliar tu círculo de amistades y relaciones sociales” es el quinto de los consejos para asegurar una longevidad en bienestar. Esta nueva entrega de la serie Longevidad y Bienestar: 12 causas para una larga vida consagra el mes de mayo a una de las cualidades que mejor define al ser humano: la amistad.
“Un verdadero amigo es aquel que llega cuando todos se han ido”. La cita de Albert Camus muestra una de las caras más valiosas de la amistad, la compañía y la entrega con independencia del momento y circunstancias. Razón por la que el amigo, los amigos, son una de las posesiones más valiosas de las personas, en especial cuando cumplimos años.
A sus 89, María Luisa Latorre toma una infusión de lunes a viernes en el Círculo de la Unión de Burgos, un rito con sus amigas que intensificó desde la pérdida de su marido hace 13 años. Los miércoles a las 12:00 pasea con su prima y vecina Milagros, siempre que no llueva o haga mucho frío. Y los sábados, tras comer en casa de su hijo Alfredo, acude a la sesión de 5:30 en uno de los pocos cines que queda en la ciudad castellana junto con su compañera Conchita, con la que tantas anécdotas comparte desde sus años en la Sala de lo Civil y lo Penal.
Marisa sufre de problemas del corazón por lo que año a año se siente más fatigada, pero con ese estoicismo tan castellano, afirma, “el día que no salga a ver a mis amigas, me muero”.
La campaña Longevidad y Bienestar: 12 causas para una larga vida, promovida por Fundación Mutualidad Abogacía en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 3 y 4, pone su atención en la amistad durante el mes de mayo. El vínculo con el amigo o la amiga es el único que puede competir con el familiar, al que complementa. Y entre las personas mayores, se convierte además en una red de apoyo especialmente satisfactoria para ambas partes.
Pero, ¿por qué es esencial conservar y agrandar el círculo de amistad durante la vejez? Los expertos señalan cuatro razones fundamentales.
A veces basta con descolgar el teléfono, pero la compañía social es uno de los aportes más importantes de la amistad. Pueden ser visitas mutuas, salidas en compañía, reuniones, etc. pero lo que hay que tener claro es que entre los adultos mayores no es tan importante el pretexto como el hecho de compartir tiempo; demostrar que estás, y tener la certeza de que están. La pertenencia a un grupo es un factor de socialización básico que mitiga los efectos de la soledad no deseada y combate el riesgo de depresión en una mayoría de las personas.
La red de amistad, sobre todo cuando trasciende al vínculo familiar, incide en la mejora de la salud emocional. Contribuye a que “nos sintamos bien, tranquilos, percibiendo que dominamos nuestras emociones y somos capaces de hacer frente a las presiones del día a día, siendo la base para lograr una vida sana, feliz y plena”, según define el Servicio de Salud de Madrid. Gracias a esos encuentros, las personas mayores comparten sus problemas con confianza, incluso durante el duelo por una persona querida cuando ayuda a encontrar pretextos para seguir percibiendo que no estamos solos, precisamente en una etapa vital en que se reduce el número de amistades.
No menos importante es el factor del mutuo cuidado. La red de amistad es en edades avanzadas también una red de cuidado, como tanto ha evidenciado la pandemia por COVID 19. “En este sentido, se concluye que la posibilidad de contar tanto con amigos como con familiares que formen parte de la red de apoyo, permitiría disponer de fuentes variadas que puedan satisfacer las distintas necesidades de un modo dinámico, en el que cada uno aporte las ayudas específicas más acordes con sus posibilidades y posición en la red”, defienden las psicólogas Claudia Josefina Arias y Luciana Lolizzi en su ponencia para el III Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, para la Universidad de Buenos Aires.
“Los buenos amigos son buenos para la salud”. Así de rotundo lo afirma Mayo Clinic, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación: “Los adultos con relaciones sociales consolidadas tienen menos riesgo de tener problemas de salud importantes, como depresión, hipertensión arterial y un índice de masa corporal (IMC) poco saludable. De hecho, según estudios, los adultos mayores que establecen relaciones valiosas y tienen apoyo social, probablemente vivan más que sus compañeros con menos vínculos sociales”.
No es tanto una cuestión de cantidad como de calidad, pero en un recurrente símil, la amistad que no se cuida se seca al igual que esa maceta que olvidamos regar. Por eso los buenos amigos cuidan de su relación, e incluso buscan nuevas personas con las que enriquecer su círculo.
Quizá por el exceso de confianza, en ocasiones por ese repliegue hacia uno mismo tan característico en las edades avanzadas, las personas mayores tienden a relajar esos principios básicos que fundamentaron las relaciones de amistad durante toda su vida. Sobre la base de dar y recibir, desde Mayo Clinic recuerdan algunos de esos preceptos imprescindibles para conservar los amigos:
Ser mayor no significa que tu interés por enriquecerte de nuevas personas haya disminuido. Pero quizá por el hábito, la pereza de acercarse a desconocidos o simplemente por el qué pensarán de mí, muchos mayores se limitan a un círculo de amistad que por el propio ciclo vital tiende a reducirse. Ampliar la red de amistad es quizá el reto más estimulante para este mes de mayo.