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Cómo impedir que el envejecimiento de la población encarezca la deuda soberana

Los expertos advierten de que la financiación de la deuda soberana puede encarecerse si no se amortiguan los efectos de una sociedad envejecida y con menor fuerza laboral.
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Cada vez hay menos europeos en edad de trabajar, pero más ciudadanos mayores. Dos factores que condicionan muchas de las decisiones económicas de los gobiernos europeos, si bien algunos expertos alertan sobre su infravaloración en el análisis riesgo país.

Los riesgos de la financiación de la deuda soberana a largo plazo de estas dos macrotendencias demográficas “pueden ser significativamente mayores de lo que se suponía”. Esta es la principal advertencia que la agencia alemana de rating Scope lanza en un estudio en el que se identifica la necesidad de ponderar con realismo esta situación, al tiempo que ofrece vías para mitigar su efecto.

80 millones menos de europeos trabajando

En los próximos 30 años habrá unos 80 millones menos de europeos en edad de trabajar, lo que supone una merma del 16%. Además, la población mayor de 65 años sobre el porcentaje de la población en edad de trabajar aumentará en 20 puntos, pasando del 30% al 50%.

Pero quizás el dato que mejor ilustra el nuevo escenario hacia el que avanza la sociedad y la economía, es que se pase de los tres trabajadores actuales por cada persona dependiente, a tan solo dos. Scope resume algunos de los afectos que esta nueva ponderación puede tener:

  • Paralización de las economías que no mejoren su productividad.
  • Aumento de los gastos en pensiones y sanidad, y disminución de ingresos públicos.
  • Tensiones entre la economía y los mercados: situación que puede ilustrarse con una devaluación del precio de la vivienda en un mercado con menores necesidades de ciudadanos jóvenes con edad de adquirir su hogar.
  • Influencia de la nueva demográfica sobre la decisión política: Scope considera que los nuevos grupos de presión, por ejemplo, una población senior empodera por su mayor peso e influencia, puede ‘condicionar’ una serie de decisiones políticas de alto coste electoral.

Impacto sobre la deuda soberana

Pero el aspecto más interesante del análisis de Scope es la medición de este irremisible envejecimiento social sobre la deuda soberana a largo plazo. Para cuantificarlo, se mide el impacto en cinco de los canales de su modelo de análisis de riesgo.

1.      Crecimiento económico: fuerza laboral frente a productividad

Desde el análisis macroeconómico, el aumento de la población mayor es una mala noticia para el Producto Interior Bruto (PIB):

  • Disminución del porcentaje de población en edad de trabajar.
  • Reducción de la tasa de empleo: los mayores participan menos en la fuerza de trabajo que la población más joven.
  • Caída en la productividad: el senior cada vez tendrá un papel laboral más activo, pero también tirará a la baja de la media de productividad, ya que su rendimiento es inferior al de otras generaciones de trabajadores.

Lo importante es que los gobiernos tengan capacidad para impedir que este cambio inexorable merme la calidad de vida de sus ciudadanos. Como ya se avanzó, por ejemplo, mejorando la productividad, objetivo para el que se proponen medidas como planes de innovación nacionales, inversión pública o planificación de la inmigración.

2.      Finanzas públicas: ingresos públicos frente a gastos por envejecimiento

Una caída del PIB, reduce la fuente de ingresos de los gobiernos para pagar su deuda:

  • Aumento de los gastos en pensiones y sanidad. La estimación del Fondo Monetario Internacional para el G-20 es de un aumento de entre seis y siete puntos hasta 2054. De nuevo, un factor que impacta sobre el crédito país en el largo plazo.
  • Problemas de sostenibilidad de deuda, derivados de un menor PIB. No hay que olvidar que la dinámica de la deuda depende básicamente del diferencial entre los tipos de interés y el crecimiento.
  • Fatiga social para asumir nuevas medidas de presión fiscal que compensen el déficit presupuestario.

En este contexto, la agencia de calificación de deuda considera como indispensables las reformas en los sistemas de pensiones y la sanidad, además de la aprobación de otras medidas para reducir la deuda pública. Se aconseja reorientar el gasto público hacia las políticas generadoras de riqueza como educación e I+D, para que un mayor crecimiento económico no haga indispensable una mayor presión fiscal.

3.      Estabilidad financiera: tipos de interés y mercado inmobiliario

Este tercer canal analiza el riesgo del crédito soberano desde ámbitos como la salud del sistema bancario nacional, el efecto de los tipos de interés o los activos inmobiliarios.

  • Servicios financieros. Una sociedad que ya tiene cubierta su educación y vivienda, es menos demandante de créditos, lo que puede restar rentabilidad al sector financiero.
  • Evolución de los tipos de interés. La teoría dice que una sociedad envejecida es más ahorrativa, y una mayor bolsa de ahorro tiende a aplanar los tipos de interés. Una causa efecto que ahora se cuestiona, ya que no se descarta que a medida que la esperanza de vida crece, el capital de esas personas mayores decrece. De este modo, la tasa de ahorro privado país disminuye, tirando al alza de los tipos de interés…
  • Mercado inmobiliario. En el largo plazo, desde Scope se advierte de que una sociedad con menos jóvenes reduce sus necesidades de vivienda, y una menor demanda abarata los inmuebles. Este comportamiento puede verse modificado por otras tendencias como los nuevos modelos de viviendas.

4.      Medioambiente: consumo de recursos y huella de carbono

El estudio reconoce las dificultades de medir los efectos que el cambio demográfico va a tener en un momento de transición medioambiental global. Por ello, el impacto de este parámetro sobre la financiación país, quedará condicionado a cómo evolucione el modelo en su decisivo giro hacia una economía verde.

  • Según la ONU, el crecimiento de la población se concentrará en los países de bajos ingresos, pero a medida que progresen, su economía consumirá más recursos y aumentará su huella en carbono. La incógnita está en saber si ese aumento de necesidades se hará o no bajo las nuevas consignas de sostenibilidad.
  • La ONU también vaticina una pérdida de población en los países más ricos, con una mayor huella ambiental per cápita. Una buena noticia para el medioambiente, ya que reduciría sus necesidades de recursos, sin embargo, un posible empobrecimiento de estos países (los hoy más ricos), también reduciría sus inversiones en pro de una economía más sostenible.

Pero en este tema se mira al futuro con optimismo. El estudio cita iniciativas como los fondos Next Generation de la UE, que apuestan por la economía verde como principal motor de la recuperación postpandemia.

5.      Gobernanza: cambio en el poder político

El último de los vectores analizados habla de las preferencias políticas. En esta área el estudio destaca la preferencia del voto del senior en apoyo del estatus quo. Esta mirada prosistema puede tener sus efectos en materias sensibles como:

  • Freno de algunas reformas sociales novedosas, pero de gran trascendencia. Por ejemplo, las que tratan de mitigar la creciente desigualdad social.
  • Apoyo al incremento del gasto en partidas como las pensiones y la sanidad, en detrimento de otras áreas como educación y formación.

De este modo el llamado poder político gris, muy participativo además en las consultas ciudadanas, irá incrementando su influencia, y en lógica consecuencia irá mereciendo de forma creciente la atención de los programas electorales.

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