Con este análisis, Cushman & Wakefield identifica oportunidades y desafíos tanto para los ciudadanos e inversores de cara al 2030. Durante la próxima década, el mundo experimentará una serie de cambios demográficos muy importantes. Más de 693 millones de Baby Boomers llegarán a la edad de jubilación, mientras que 1,3 billones de miembros de la Generación Z tendrán edad suficiente para comenzar a trabajar. Los mayores de la Generación X alcanzarán los 65 años de edad, mientras que los mayores de los Millennials se acercarán a los 50.
Tales cambios producirán profundos impactos, con el sector inmobiliario a la cabeza. Las implicaciones son diversas. Desde trayectorias divergentes del crecimiento de la fuerza de trabajo, una guerra creciente por el talento, cambios geográficos en la subcontratación a la necesidad de nuevos enfoques para desarrollar y cambiar la estrategia del lugar de trabajo. Los inversores y ciudadanos se verán afectados simultáneamente, lo que les exigirá navegar por estos cambios:
En un mundo cada vez más competitivo, las ciudades tendrán que centrarse en hacerse lo más atractivas posibles para las empresas y el talento.
Se prevé que muchos mercados chinos tengan fundamentos demográficos débiles pero un fuerte crecimiento económico. Es probable que estos mercados de alta productividad atraigan una mayor inversión institucional.
Se prevé que las ciudades del sudeste asiático y de la India se beneficiarán de una gran afluencia de Millenials y de la Generación Z en la fuerza de trabajo, apoyando las operaciones de subcontratación.
Algunas ciudades deberán contrarrestar su envejecimiento con políticas adecuadas.
