Los estados miembros han seguido adoptando medidas para reformar los sistemas de pensiones, con una serie de cambios en la edad de jubilación y en las condiciones para tener derecho a ella. Los mecanismos de ajuste automático se han hecho más comunes y pueden contribuir a que los sistemas de pensiones sean más sólidos frente al envejecimiento y otros cambios en el futuro.
Sin embargo, la otra cara de la moneda para lograr una mayor sostenibilidad financiera de los costos de las pensiones es la reducción prevista de los coeficientes de prestaciones y de cobertura, lo que hace temer que disminuya la adecuación de las pensiones. Para contrarrestar esto, varios países están introduciendo reformas para reforzar las pensiones mínimas, para que los que tienen bajos ingresos en la jubilación puedan estar protegidos en cierta medida de las reducciones de las pensiones.
El análisis de la adecuación de las pensiones debe centrarse especialmente en los grupos vulnerables, ya que las mujeres corren un mayor riesgo de pobreza y exclusión social que los hombres, porque es más probable que tengan carreras interrumpidas y que hayan pasado parte o la totalidad de su vida profesional en empleos peor remunerados. Los trabajadores por cuenta propia y los que realizan trabajos atípicos también son grupos vulnerables y el número de personas que pertenecen a esas categorías está aumentando.
Sigue habiendo mucha incertidumbre sobre la sostenibilidad a largo plazo de las pensiones. Los estudios internacionales sobre sostenibilidad solo otorgan una alta calificación a un pequeño número de países de la Unión Europea en términos de sostenibilidad y muchos países de la Unión Europea se encuentran bastante en las últimas posiciones.
Las proyecciones de Eurostat (Oficina Europea de Estadística) dependen en gran medida de un gran número de supuestos. En particular, algunos supuestos clave reflejan la creencia de que las reformas de las pensiones ya promulgadas darán los resultados esperados. Es posible que esto no sea así y, además, las futuras inversiones de las reformas o los futuros cambios de los sistemas de pensiones para combatir el riesgo de resultados inadecuados en materia de pensiones pueden a su vez hacer que los costos vuelvan a aumentar.
